sábado, 3 de noviembre de 2012

Ruta por la Hoz del Jarama para el día 9 de Noviembre

Hola a todos,

Os proponemos para el próximo 9 de Noviembre de 2012 una Ruta de senderismo por Guadalajara.

Se trata de una Ruta por la Hoz del Jarama con las siguientes características técnicas:

Distancia: 12 km (ida y vuelta)
Duración Estimada: De 3 a 4 horas (ida y vuelta y dependiendo de las paradas)
Desnivel: 100 metros
Dificultad: Baja




Desde Retiendas, hemos de salir por la maltrecha carreterilla que pasa junto al camposanto y, llegando a un puente, abandonarla para seguir bajando por la pista que corre por la margen izquierda del arroyo del Pueblo –afluente del Jarama–, entre chopos, encinas y corpulentos quejigos. Es el camino, que conduce en media hora escasa al monasterio de Bonaval, una de las primeras fundaciones del Císter en Castilla (1164) y la más romántica ruina de la sierra de Ayllón. Todo él, edificado con sillería de roca caliza, rubia como el sol.

A la vista del cenobio, el camino se bifurca: el ramal de la derecha baja lamiendo la fachada del asciterio para ir a desembocar en el Jarama; el de la izquierda, que es el nuestro, corre por encima del antiguo molino de los monjes –entre cuyos restos se reconoce la alberca, el caz y la torre por la que se precipitaba el agua hacia la rueda– y se adentra de inmediato en la curva hoz. 

Rebasado el trecho más acantilado de la hoz, la senda rodea por la derecha una amplia pradera, un respiro que se toma y nos tomaremos antes de embocar una nueva angostura, ésta de menor profundidad, pero donde el camino se reduce a una cornisa tallada en la roca viva, con un par de pasos en los que no sería razonable ponerse a bailar una tarantela. 

Aguas abajo, y como a una hora y media del inicio, veremos una gruta bostezando orilla de un olivarcejo; luego, el feo puente por el que cruza la carretera de Puebla de Vallés a Valdesotos, y a su vera, varios de los apriscos que los cabreros habilitaban antaño en las oquedades de los cortados.

Unos 200 metros más adelante, el Jarama nos depara la última sorpresa de la jornada: un puente medieval en perfecto estado, apoyado sobre un arco central de medio punto con dos pequeños arcos peraltados a cada flanco, colocados éstos a tal distancia del lecho, que no es probable que caten el agua salvo que sobrevenga otro diluvio; 30 metros mide su rasante empedrada, guardada por pretiles que divergen cual bocina hacia los extremos, tal como se siguen representando los puentes en los signos convencionales de los mapas. ¿Será necesario decir cuál es la roca dorada, clara como el agua del mozo Jarama, de la que esta hecha esta bella puente?


La vuelta, por el mismo camino, pero antes de llegar al final decidiremos un buen lugar para disfrutar de la comida que cada uno ha de llevar.

Ahora sólo queda que os apuntéis y decidáis pasar un buen día en la naturaleza.




Manu&Vale